EXHIBEN A CÉLULA DEL CARTEL DEL GOLFO FAMILIAR POLÍTICO DE MOVIMIENTO CIUDADANO

Una célula del Cártel del Golfo, liderada por los hermanos Hernández Vizcaya, siembra el caos y la impunidad en la región central del estado, mientras las autoridades permanecen inertes.

En el apacible municipio de Padilla, Tamaulipas, la tranquilidad se ha visto brutalmente interrumpida por una ola de violencia desmedida. Una célula del temido Cártel del Golfo, bajo el mando de José Leoncio Hernández Vizcaya alias "El Apa" o "El Leo" y sus hermanos Jesús Adrián, Gumaro, Daniel y Julián David, ha desatado una serie de atrocidades que han dejado a la población sumida en el miedo y la desesperación. 

El pasado diciembre, durante una celebración navideña organizada por el ayuntamiento de Padilla, la comunidad se reunió para compartir momentos de alegría. Sin embargo, la festividad se tornó en pesadilla cuando los sicarios de esta célula irrumpieron en el evento. Con total descaro, intentaron secuestrar a varias mujeres presentes. Ante la valiente resistencia de una de ellas, los criminales la golpearon salvajemente frente a la mirada atónita de los asistentes. Lo más indignante: a pesar de la presencia policial en el lugar, ninguna autoridad intervino para detener la agresión.

Dos empleados municipales, en un acto de heroísmo, intentaron socorrer a la víctima. Su valentía les costó la vida: fueron secuestrados y posteriormente asesinados por estos desalmados. Este atroz incidente es solo una muestra del reino de terror que esta célula ha instaurado en Padilla y sus alrededores.

Extorsión y asesinatos: el pan de cada día

Los habitantes de comunidades como San Carlos, El Barretal y Nicolás Bravo viven bajo la constante amenaza de estos criminales. Agricultores, ganaderos y comerciantes locales son víctimas de extorsiones, obligados a pagar sumas exorbitantes para garantizar su "seguridad". Quienes se atreven a desafiar o denunciar estas prácticas mafiosas enfrentan un destino fatal.

Días antes del sangriento episodio navideño, un taxista local fue asesinado a sangre fría, y dos empleados de una empresa de internet fueron secuestrados, sin que hasta la fecha se conozca su paradero. La impunidad con la que operan estos delincuentes es alarmante.

¿Dónde está el gobierno? A pesar de la notable presencia de fuerzas militares, federales y estatales en la región, la respuesta gubernamental ha sido, en el mejor de los casos, tibia. Tras el escándalo suscitado por los asesinatos en la fiesta navideña, la facción Escorpiones del Cártel del Golfo simplemente reubicó a la célula en la ciudad de Soto La Marina. Desde entonces, continúan sus actividades criminales sin enfrentar resistencia alguna por parte de la Guardia Estatal de Tamaulipas, la Guardia Nacional o las fuerzas armadas. 

La ciudadanía se pregunta: ¿por qué las autoridades permiten que estos criminales actúen con total impunidad? ¿Qué intereses oscuros están protegiendo a estos delincuentes? Mientras tanto, la población sigue viviendo en un estado de terror constante, esperando que algún día la justicia prevalezca y se recupere la paz en sus comunidades.

Será que sus vínculos políticos lo eximen de cualquier delito?


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