ESCÁNDALO Y TRAICIÓN A FALTA DE PUDOR EN EL SECTOR SALUD DE TAMAULIPAS

En un escándalo que sacude las instituciones de salud y seguridad en Tamaulipas, se ha destapado una compleja red de corrupción encabezada por David Cano Córdova y “El Cholula”. Ambos han sido identificados como actores clave en la venta ilegal de medicamentos, extorsión a empresas farmacéuticas y vínculos con el Cártel del Golfo (CDG), que aparentemente les permite operar con impunidad en la región centro de Tamaulipas.

Los cimientos de la justicia y la administración pública en Tamaulipas, figuras de poder se entrelazan con delincuentes y prácticas ilícitas que parecen no tener fin.​


Antecedentes y Cargos

David Adonai Cano Córdova, fue Coordinador de Abastecimientos del IMSS en Tamaulipas, es señalado como operador financiero de la ex delegada Velia Patricia Silva. Según reportes de Ángel Metropolitano, Cano Córdova realiza negocios ilícitos con el CÁRTEL DEL GOLFO y fue expuesto a través de llamadas telefónicas interceptadas, evidenciando su involucramiento en prácticas corruptas dentro del sistema de salud pública.​


En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Tamaulipas, la corrupción sigue su curso. David Adonai Cano Córdova, opera con total impunidad, a pesar de estar bajo investigación por peculado, delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito. La conversación telefónica filtrada revela cómo Cano Córdova negocia contratos de medicamentos sin licitar, violando las normativas oficiales y causando un daño millonario a las finanzas del IMSS.​


La situación empeoró con la llegada de Federico Héctor Marín Martínez como delegado del IMSS en Tamaulipas. En lugar de erradicar la corrupción, Marín Martínez se ha sumado al saqueo, obligando a empleados a firmar adquisiciones ficticias y justificando gastos millonarios en productos como el botox. Se sospecha que Marín Martínez y su equipo están involucrados en una red de corrupción que afecta gravemente a la institución y a los derechohabientes.​

Por su parte, el regreso de “El Cholula”, Vicente Javier Guillén Espinoza, quien ha sido vinculado a actividades delictivas en la región es un sujeto con un historial criminal que incluye secuestro y homicidio, ha sido liberado misteriosamente tras años de prisión por el asesinato del empresario regiomontano José Antonio Cervantes Ezpeleta en 2003


Su libertad ha sido posible gracias a un sistema judicial que, en lugar de impartir justicia, favorece a los delincuentes.​

Pero lo más alarmante es su vinculación con el rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Dámaso Anaya Alvarado, primo del gobernador Américo Villarreal


Se especula que Guillén Espinoza, con un grupo armado de forma ilegal, proporcionaba seguridad al rector, mientras ambos compartían actividades ilícitas como la ordeña de ductos de Pemex en Ciudad Victoria. Además, Limberg Guillén Espinoza, hermano de Vicente y actual coordinador de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República (FGR), estaría implicado en desvíos de recursos en la UAT.​


A estos individuos se les atribuye la extorsión de empresas encargadas de la distribución de fármacos, obligándolas a pagar cuotas para operar sin interferencias, estas prácticas no solo afectan la economía local, sino que también ponen en riesgo la salud de los pacientes al permitir la circulación de productos no regulados.​


Nexo con el Cártel del Golfo

Investigaciones sugieren que el Cártel del Golfo ha otorgado protección a Cano Córdova y Guillén Espinoza, permitiéndoles operar con libertad en la zona centro de Tamaulipas. 


Esta relación implica que las actividades ilícitas de ambos individuos cuentan con la anuencia de una de las organizaciones criminales más poderosas de la región, lo que explica su aparente inmunidad ante las autoridades.​

A este grupo delictivo se le suman personajes como Carlos García, quien ha sido señalado en múltiples ocasiones por la venta de plazas en el IMSS, así mismo existe una carpeta de investigación ante la Fiscalía General de Justicia del Estado, por el delito de extorsión y amenazas.


Moisés Malpica, quien se desempeñaba como director de Prestaciones de Desarrollo Personal de la delegación del IMSS en Tamaulipas, se informó que auditores dependientes de la Dirección General del Instituto, iniciaron un expediente en su contra por venta de plazas y desvío de recursos.

Como si los escándalos por homicidio, secuestro, venta ilegal de medicamentos y desfalcos millonarios en el IMSS Tamaulipas no fueran suficientes, ahora sale a la luz una nueva cloaca en la Subdelegación de Tampico: extorsión, amenazas armadas y una red de terror institucionalizada.


Daniel Ovalle, visitador de dicha subdelegación, ha sido exhibido por pedir “moches” a empresarios del ramo de la construcción a cambio de no imponerles multas. Pero la ambición le jugó en contra: al extorsionar a las personas equivocadas, lo fueron a buscar a punta de pistola, obligándolo a salir huyendo de manera vergonzosa para salvar la vida… y esconder el dinero.


Lo más grave: trabajadores del IMSS que fueron testigos o afectados por este acto de corrupción, ahora están amenazados de manera directa por Alma Rosa García Salazar, ex subdelegada, y Lourdes Carrera, jefa de personal, quienes buscan silenciar a toda costa a quienes se atrevan a hablar.

¿Y quién mueve los hilos de esta red de extorsión dentro del IMSS? Víctor Palos, el verdadero titiritero detrás de este mecanismo criminal que se extiende por toda la estructura delegacional.

Este nuevo caso no es una anécdota aislada, sino una nueva pieza en el rompecabezas de corrupción institucional que hemos denunciado: desde los negocios ilegales de David Adonai Cano Córdova con medicamentos, hasta las relaciones oscuras de “El Cholula” con el rector de la UAT y el Cártel del Golfo, pasando por el delegado “robaventiladores” Federico Marín, todo apunta a una estructura perfectamente organizada de saqueo, extorsión y complicidad criminal dentro del IMSS Tamaulipas.


Estos casos son solo la punta del iceberg de una red de corrupción que permea las instituciones de salud en Tamaulipas, donde la detención de José Luis Aranda Aguilar se hizo ver arbitraria ante los ojos de la opinión pública, rescatándolo de un escándalo que hubiera comenzado con investigaciones de corrupción en el Estado. 

La pregunta que queda es: ¿hasta cuándo los tamaulipecos seguirán siendo víctimas de este sistema corrupto? Es urgente una transformación profunda que erradique la corrupción y devuelva la justicia y la equidad a las instituciones.

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